Los últimos años postpandemia han sido cruciales para que la conciencia digital y las posibilidades que de ella se desprenden crezcan exponencialmente en todas las áreas socio-económicas del país.
La digitalización y las nuevas tecnologías brindan la posibilidad de un crecimiento económico sin precedentes, sobre todo en aquellas zonas rurales más desfavorecidas, en las que, además, supone una herramienta clave para frenar la despoblación de la conocida como España vaciada.
DIGITALIZACIÓN, SÍ, PERO NO DE CUALQUIER MANERA.
El proceso de transformación digital de estas zonas rurales ofrece, sin duda, la oportunidad de relanzar estas áreas, potenciando sus servicios, industrias y negocios, así como posibilitando la creación de otros nuevos.
Pero para que la digitalización sea efectiva e inclusiva, se deben tener en cuenta una serie de factores, como son:
- Crear las infraestructuras tecnológicas básicas y que éstas estén a disposición de todos por igual, para evitar desigualdades.
- Dotar a los habitantes de estas zonas de las habilidades digitales necesarias para que estas infraestructuras sean efectivas.
- Vincular la digitalización de la zona rural al desarrollo sostenible, alineando procesos y estrategias a los Objetivos de Desarrollo Sostenible impuestos por la UE.
- Tener un conocimiento profundo de todas las partes interesadas y su papel en la sociedad local para adaptar a la realidad rural aquellos procesos y estrategias digitales, brindando así igualdad de oportunidades.
LA DIGITALIZACIÓN: MOTOR DE SECTORES COMO LA AGRICULTURA, GANADERÍA Y ENERGÉTICO, ASÍ COMO PARA LA REPOBLACIÓN DE SUS PUEBLOS.
Desde el punto de vista económico, los impulsores de ésta en las zonas rurales son, sin duda, los sectores primarios y el sector energético. Frenar la brecha digital territorial reduciría en gran parte la brecha socioeconómica de estas zonas con respecto a áreas urbanas e industrializadas.
Pero también juega un papel importantísimo en la repoblación de aquellos pueblos que, hasta ahora, no podían ofrecer los servicios e infraestructuras necesarias para garantizar las mismas oportunidades y comodidades que ofrece una ciudad.
Es por ello que, gracias a la transformación digital, y a los grandes cambios que hemos experimentado en los últimos años, cada vez se hace más fácil compatibilizar las facilidades “urbanitas”, con las comodidades que ofrece un pueblo, como calidad de vida, oportunidades de negocio, reducción de gastos, etc.
La posibilidad de teletrabajar desde un pueblo, o de emprender en un nuevo negocio gracias a las nuevas tecnologías, hacen que la decisión de irse a vivir a un pueblo sea contemplada por cada vez más personas, en busca de mejorar su calidad de vida.
El gran impulso que el turismo está recibiendo en los últimos tiempos gracias también a la digitalización, repercute directamente en estas zonas rurales, que pueden mostrar al mundo sus propuestas de valor como, por ejemplo, su patrimonio cultural o artístico, folclore, gastronomía, productos artesanos, etc., generando que este tráfico de nuevos visitantes conlleve la necesidad de crear y ofrecer más y mejores servicios.
Reingeniando, conocedora de esta nueva situación, dedica una de sus principales líneas de actuación a dinamizar y potenciar las zonas rurales del país, gracias a la transformación digital, impulsando su economía, el turismo y las nuevas oportunidades, trabajando alineados con el sector público y privado en pro de ese bien común.